La Comisión Europea va a proponer un impuesto sobre las ganancias inesperadas para las empresas de energía en toda la UE para ayudar a proteger a los ciudadanos del aumento de los precios de la energía.
“En estos tiempos es incorrecto recibir ingresos y ganancias récord extraordinarios que se benefician de la guerra y a costa de nuestros consumidores”, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un discurso en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
“En estos tiempos, las ganancias deben repartirse y canalizarse a quienes más lo necesitan”.
La propuesta superpondrá un mosaico de medidas nacionales tomadas por los 27 estados miembros de la UE con una respuesta más coherente en todo el bloque.
Un borrador de los planes requeriría que las empresas de petróleo, gas, carbón y refinación hicieran una “contribución solidaria” del 33 por ciento de sus ganancias imponibles excedentes del año fiscal 2022.
La generación de electricidad con combustibles no fósiles también estaría sujeta a un tope de exceso de ingresos. Según este elemento del borrador de la propuesta, las plantas eólicas, solares y nucleares tendrían un tope de ingresos de 180 euros ($180) por megavatio hora (MWh), y los gobiernos nacionales descontarían cualquier exceso.
El efectivo recaudado por las medidas se destinaría a financiar el apoyo a los consumidores para hacer frente a las altas facturas de energía, que se dispararon después de que Rusia redujera las entregas de gas a raíz de su invasión de Ucrania.
Las propuestas de la Comisión también impondrían un objetivo obligatorio para los estados miembros de reducir el consumo de electricidad en un 5 por ciento durante las horas con el 10 por ciento de mayor demanda de electricidad cada mes.
Los planes deben ser discutidos y acordados por los estados miembros de la UE, con una cumbre de ministros de energía de la UE el 30 de septiembre como el lugar probable para cualquier acuerdo.
Pero el plan de la Sra. von der Leyen se aleja de los planes anteriores para limitar el precio de las importaciones de gas ruso.
En cambio, la Comisión propone establecer un nuevo grupo de trabajo con representantes de los estados miembros de la UE que intentará negociar acuerdos con otros proveedores clave como Noruega.
Los estados miembros han tomado medidas individuales a nivel nacional en respuesta a la crisis, con países como Francia limitando los precios y tomando el productor estatal EDF como propiedad pública.
Se produce cuando el gobierno alemán sopesa la nacionalización del mayor importador de gas del país, Uniper SE, para evitar un colapso del sistema energético.