La irrupción de los atacantes ha provocado un debate sobre la seguridad de la fortaleza.
Todas las alarmas han saltado en el Castillo de Windsor después de que unos encapuchados accedieran al recinto, mientras el príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, dormían. Los intrusos accedieron por la parte que se encuentra a solo unos minutos de Adelaide Cottage, la coqueta casa en la que vive el heredero al trono con su familia.
Los asaltantes, presuntamente, utilizaron un camión robado para destrozar una de las puertas de seguridad y obtener acceso a una de las granjas del recinto. Una vez dentro robaron una de las camionetas agrícolas y un quad, dejando un rastro de destrucción a su paso. La puerta que ahora está inservible es una de las salidas más cercanas a Adelaide Cottage y es la ruta que suelen usar los príncipes de Gales y sus hijos para sus salidas y entradas diarias. En el momento en que ocurrieron los hechos, el pasado 13 de octubre a medianoche, el rey Carlos se encontraba en Escocia y la reina Camilla estaba en la India.
Según las últimas informaciones, las alarmas solo se activaron cuando se derribó la barrera de seguridad de la granja, lo que ha hecho que haya cierta preocupación por la seguridad de la fortaleza, especialmente, después de que se hayan retirado agentes armados de algunos de los accesos. La decisión de quitar agentes armados de esta entrada y de la otra entrada principal para el público se debió a la escasez de oficiales cualificados. En la actualidad, los agentes solo están en la parte delantera durante las ceremonias del cambio de guardia. Aunque los terrenos del Castillo son vigilados por patrullas, este incidente ha puesto sobre la mesa el problema de la seguridad.
Un portavoz de la Policía reveló: “Los agresores entraron en la granja y se llevaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. Luego se dirigieron hacia la zona de Old Windsor /Datchet. No se ha arrestado a nadie todavía y hay una investigación en curso”.