Francia intenta convertirse en la primera nación que repite como campeona mundial en 60 años y Didier Deschamps en el primer técnico que lidera a una selección para consagraciones sucesivas desde 1938.
¿Tienen los recursos para superar a Argentina?
En la década que lleva al frente de la selección, Deschamps ha demostrado ser un estratega espabilado y pragmático, siempre dispuesto a modificaciones tácticas dependiendo de las exigencias del partido.
Cuenta con un plantel cargado de talento y bien cohesionado que tiene como líder al atacante Kylian Mbappé, la figura del equipo que se coronó campeón mundial hace cuatro años en Rusia.
Aquí algunos aspectos clave para repetir el logro en el estadio Lusail el domingo.
MBAPPÉ, EL VELOCISTA
La velocidad, potencia y acierto goleador de Mbappé le tienen, a sus 23 años, camino a convertirse en el máximo anotador en la historia del torneo. Ya lleva cinco tantos en Qatar tras marcar cuatro en Rusia 2018.
Uno de los momentos más memorables de Mbappé en Rusia fue la galopada que provocó un penal en la victoria ante Argentina en los octavos de final.
Su velocidad supone un peligro constante para los zagueros argentinos. Pero no es la única amenaza. El centrodelantero Olivier Giroud acaba de rebasar a Thierry Henry como máximo anotador de la selección. Giroud lleva cuatro goles en Qatar.
En las semifinales, Marruecos puso en evidencia la fragilidad del flanco izquierdo francés y que Mbappé les deja algo al descubierto. Argentina cuenta con un lateral de perfil ofensivo como Nahuel Molina, quien — si hace lo mismo que el marroquí Achraf Hakimi — podría exigir al carrilero izquierdo francés Theo Hernández.
El miércoles, Deschamps respondió sacando a Giroud, moviendo a Mbappé al medio y poniendo al suplente Marcus Thuram por la izquierda para atacar y cuidar las espaldas a Hernández. También le dio respiro al mediocampo francés, comandado por Antoine Griezmann.
Thuram y Mbappé se asociaron para gestar el gol que Randal Kolo Muani rubricó para la victoria 2-0 ante Marruecos.
PRIMER GOL
Sólo una vez en las últimas 11 finales, el equipo que hizo el primer gol no acabó alzando el trofeo. Esa fue Francia en 2006.
Francia se adelantó en el marcador en cada uno de los siete partidos que ha disputado a partir de la ronda de octavos de final de los últimos dos mundiales.
Croacia, en cambio, nunca anotó primero en siete partidos en el mismo lapso y eventualmente sucumbió ante Francia en las semifinales de 2018 y Argentina en las semifinales el martes.
De hecho, Argentina es la única que pudo estar al frente ante Francia en esos siete partidos — un breve momento en su partido en Kazán hace cuatro años. Durante nueve minutos en el segundo tiempo, Francia estuvo perdiendo 2-1 hasta que la volea del lateral derecho Benjamin Pavard — el mejor gol de ese torneo — empató la cuenta. Francia se impuso 4-3, con un doblete de Mbappé.
Con Deschamps, Francia pega primero y se cierra. Su equipo nunca cae en pánico al resistir el asedio rival, como ocurrió en los complementos ante Inglaterra y Marruecos.
Francia apenas tuvo 36% de posesión en la victoria 2-1 ante Inglaterra en los cuartos de final y de 34% en las semifinales, según la cuenta de la FIFA.
El 34% fue el mismo registro de Argentina en las semifinales. La Albiceleste no tuvo reparo en ceder la pelota a Croacia, y fue implacable cuando encontró espacios.
Argentina ha estado en ventaja en Qatar desde la derrota 2-1 ante Arabia Saudí.
CUIDARSE
Los franceses han sido afectados por un virus durante la última semana, algo que también golpeó a Suiza previamente.
Raphael Varane, Ibrahima Konaté y Dayot Upamecano — los tres centrales de Francia — han padecido los síntomas.
Upamecano parece que se ha recuperado plenamente, mientras que Varane es quien más preocupa por ser el más veterano del trío.
Konaté respondió notablemente ante Marruecos y un bombardeo de 22 centros al área.
Argentina, con Lionel Messi y Julián Álvarez liderando el ataque, lastima con movimientos entre líneas y centros rasantes al área. La zaga francesa tendrá que estar muy despierta y presta en reflejos.
Contra Marruecos, el arquero Hugo Lloris lanzó muchos pelotazos para sacarse la presión de los atacantes rivales y pidió menos a sus defensores.