Legisladores de varios estados occidentales quieren que el Servicio Forestal de Estados Unidos haga más para enfrentar una crisis de incendios forestales que, según ellos, seguramente destruirá más paisajes, comunidades y medios de subsistencia a medida que persista la sequía a largo plazo en todo el oeste del país.
Durante una audiencia celebrada esta semana en el Congreso se interrogó al jefe del Servicio Forestal, Randy Moore, sobre las prioridades de gasto de la agencia y la acumulación de tierras forestales nacionales que deben ser tratadas para reducir el riesgo de incendios forestales.
El congresista Tom Tiffany, republicano de Wisconsin y presidente del panel sobre tierras federales del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, afirmó que la agencia debe iniciar una nueva fase de responsabilidad y transparencia si quiere “invertir la marea de esta crisis histórica”.
Tiffany se refirió a un proyecto de restauración de un año de duración que ha tenido dificultades para tratar amplias franjas de terreno que abarcan cuatro bosques nacionales en el norte de Arizona, diciendo que la agencia ha informado de que se han tratado más acres de los que han presentado los gestores regionales.
Moore no abordó directamente la discrepancia, pero dijo que la máxima prioridad es reducir los combustibles peligrosos en más de 4 millones de acres en zonas de alto riesgo en todo el país durante el próximo año. Dijo que el gobierno del presidente Joe Biden está solicitando más de 320 millones de dólares para las tareas además del dinero ya destinado por el Congreso a través de los paquetes de gasto de infraestructura e inflación.
“Todos reconocemos que nos encontramos en una situación de emergencia y que debemos trabajar más y no menos”, declaró Moore.
La solicitud de gasto de la agencia también incluye 56 millones de dólares para la rehabilitación de las zonas consumidas por las llamas, pero algunos de los integrantes del subcomité subrayaron que eso es una gota en el océano cuando se considera la cantidad de hectáreas que se queman cada año.